lunes, 30 de septiembre de 2013

SIRIA: LAS ESPADAS EN ALTO.

 

Se ha impuesto la negociación y USA no ha intervenido militarmente en Siria con el plan diseñado para golpear sin poner pie en tierra. La amenaza, como castigo y advertencia por el uso de armas químicas, con imprevisibles resultados en el caso de haberse consumado, ha facilitado el diálogo y la tantas veces ineficaz ONU se apunta un tanto por la resolución adoptada. Ahora queda por ver las buenas intenciones de los intervinientes, pero la guerra civil sigue en Siria.

De momento, el liderazgo de Putin, mediador en el conflicto, sale reforzado dentro y fuera de Rusia; el Presidente norteamericano, Obama, se ha quitado un peso de encima por la contestación dentro de su país a la intervención, y el Presidente sirio, Assad, gana terreno en su lucha contra la dividida insurgencia; pero la muerte y la destrucción siguen.

Intereses económicos y geoestratégicos aparte, que subyacen en este tipo de enfrentamientos armados con injerencias extranjeras y participación de yihadistas, la cuestión es si lo por venir sería peor que lo que se pretende derrocar. Después de frustrantes experiencias anteriores no extraña que, sobre todo en Occidente, se guarden cautelas antes de tomar abiertamente partido en los nuevos brotes primaverales.

Se ha frenado en Siria la utilización del armamento químico prohibido, y su Presidente se ha comprometido a entregarlo para que sea destruido, lo que requerirá tiempo y mucho dinero; pero alguien tuvo que entregárselo, o al menos sus componentes y el asesoramiento para su fabricación. Lo mismo se puede decir de los rebeldes, caso que dispongan de él. Hasta el momento ha quedado claro que ha sido utilizado; pero, ¿ sólo por el régimen sirio, también por alguna de las fracciones rebeldes o por ambas partes?

La cosa es que las espadas permanecen en alto, los campos de refugiados están a rebosar, el futuro es incierto y muchas de las heridas no cicatrizarán.

No hay comentarios:

Publicar un comentario