En el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, organismo estatal autónomo dependiente del Ministerio de Cultura, se están exhibiendo obras " del colectivo proabortista argentino "Mujeres Públicas"- incluida en la exposición " Un saber realmente útil"-, algunos de cuyos contenidos ofenden gravemente sentimientos religiosos cristianos. Así, a título de ejemplo, en la " Cajita de fósforos" se representa un paquete de cigarrillos con una iglesia ardiendo en llamas y la leyenda escrita sobre la tapa de un libro " La única iglesia que ilumina es la que arde. ¡ Contribuya ", y otras creaciones, que también se dicen artísticas, como una parodia irreverente del " Padre nuestro" y la fotografía de la Virgen y santos junto a la palabra " idiota", y eslóganes tales como " Si el Papa fuera mujer, el aborto sería ley", " El Papa es argentino y el aborto clandestino".
Colectivos católicos y la Asociación Española de Abogados Cristianos han solicitado al director del Museo la retirada de las obras ofensivas, especialmente la " Cajita de fósforos"- por atentar a la libertad religiosa, sin perjuicio de la posible incitación a la violencia anticristiana que entraña-, y al ser desatendidas sus peticiones- con la justificación peregrina del respeto a la libertad de expresión y de creación artística-, la referida asociación ha presentado una querella judicial contra el director.
Si al amparo de tales libertades se tolera que se menosprecie y ofenda, más que gratuitamente por obsesión u odio contra la Iglesia, las creencias religiosas de los demás, se asiste a un desamparo de los derechos que las garantizan y a la dejación de funciones por parte de quienes deben tutelarlos y protegerlos, máxime si esto procede de los poderes públicos y de los nombrados por éstos, cual es el caso del director del Reina Sofía.
Aun reconociendo los extensos conocimientos artísticos y la prestigiosa trayectoria del referido director, es inconcebible que haya permitido tan grosero desatino y se mantenga en sus trece. Con toda seguridad no se hubiera prestado a que se colgasen cuadros o montasen figuraciones ofensivas para el Islam; el pavor a las reacciones desatadas de los musulmanes le hubiera llevado a decir lo contrario de lo que ha afirmado ahora: la libertad de expresión y de creación artística no se justifica ni se admite cuando ofenden las enseñanzas y creencias del Corán.
Ante las protestas justificadas por " La Cajita de fósforos" y las complementarias vejaciones, y la negativa a rectificar del director del Museo- Manuel Borja-Villel-, lo lógico sería su dimisión o cese. No se producirá lo uno ni lo otro, y se crea un precedente más para seguir atosigando al cristianismo y sus símbolos. En este caso el ataque no proviene de los islamistas radicales, sino de los "civilizados" occidentales y se perpetra en el centro de Madrid.
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