Como los nazis estigmatizaban a los judíos alemanes, los secesionistas catalanes fustigan a los radicados en Cataluña, personas y empresas que no son como ellos. Pese a la gran diferencia existente entre los procedimientos empleados, hay un fin común que permite ciertas comparaciones: el ostracismo y la exclusión de los discrepantes o de los que no se identifican con el pensamiento soberanista.
Abundan los ejemplos de discriminación en Cataluña, sobre los que no se va a insistir por ser sobradamente conocidos y tantas veces denunciados; pero merece una mención concreta la llamada al boicot de uno de sus cavas señeros- Freixenet- protagonizada por la diputada de CiU Elena Ribera, aunque después, dadas las críticas que ha recibido, se ha disculpado diciendo que la han interpretado mal.
Lo que provocó su intención boicoteante al citado cava catalán es el anuncio publicitario, cara a las próximas fiestas navideñas, en el que se brinda " por los próximos cien años juntos". Como el presidente de Freixenet, Josep Lluis Bonet, varias veces se ha pronunciado en contra del proceso separatista, él y la empresa que preside ha sido marcado como " antipatriotas catalanes".
Muchos importantes empresarios y figuras destacadas de los poderes económicos y financieros, cuyas sedes centrales están domiciliadas en Cataluña, deberían seguir su ejemplo a favor de la unidad de España. Unos pocos lo han hecho, otros se identifican con los planes secesionistas de la Generalitat y unos terceros están a verlas venir. Al margen de los motivos que tengan para mantener sus respectivas posiciones, hay que estar al tanto de ellas para actuar en consecuencia quienes sienten y quieren la indisolubilidad de la Nación española.
De momento, en la venidera Navidad, no faltará en nuestra mesa una botella del cava Freixenet entre la selección de los restantes cavas españoles que elijamos
No hay comentarios:
Publicar un comentario