La escenificación efectuada anteayer en Cataluña, con la consulta ilegal promovida por los independentistas, ha evidenciado una vez más el triunfo de los secesionistas contra la maquinaria política y jurídica del Estado de Derecho. El haberse efectuado, con independencia del resultado y de que se la tilde de una farsa o esperpéntico espectáculo antidemocrático, ha envalentonado a los separatistas y les ha dado alas para reafirmarse en su obsesiva obsesión de renegar y separarse de España.
Quieren robar a la Nación- patrimonio de todos los españoles- una de sus partes(Cataluña), y al paso que vamos lo conseguirán. El Gobierno actual, siguiendo la estela de los anteriores, se ha excedido en contemplaciones y favoritismos con el gobierno nacionalista catalán, y no ha tenido la determinación de decirle ¡basta!, como tampoco lo hicieron los anteriores. Confiar sólo en las resoluciones judiciales, cuando existen precedentes que su incumplimiento por la Generalitat catalana salen gratis; es mucho pedir.
Con burla, befa y escarnio se quebrantó la legalidad en el simulacro fraudulento de referéndum para escindirse de España, con el consentimiento- por acción u omisión- de los Judas y Pilatos de turno, que no han dejado de sucederse en los últimos años. Más o menos largo será el camino para desintegrarla. Durará el tiempo justo que se tarde en revestirlo de legalidad, y afligirá de dolor e impotencia a los que siempre creyeron y compartieron lo de la indisoluble unidad de la Patria.
Cuando se piensa que se puede impedir la consumación de la tropelía, también viene a la memoria el lamento recogido en el Cantar de mío Cid: " qué buen vasallo si tuviese buen señor". Han pasado siglos desde entonces, y aunque persisten los malandrines y bellacos, aún quedan grandes remansos de patriotismo y honor. Es cuestión de excitar su autoestima y despertar la ilusión colectiva para hacer frente a los desafíos secesionistas, pero con la ejemplaridad de los hechos y sin las palabrerías solemnes recibidas como fingimiento de ocultas intenciones.
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