¡ Vaya veranito ! Sólo noticias referidas a hechos luctuosos y violentos, desastres naturales, enfrentamientos y presagios muy preocupantes, etc.; pero pocas o ninguna buenas. Al repertorio de las malas, que ocurren en todo el orbe, se le da continua y repetitiva cobertura informativa, contrastando con la escasa difusión que se da a las reconfortantes, las que evidencian el aspecto positivo y ejemplar del ser humano, que se prodigan también en el mundo.
Debemos conocer la realidad de lo que sucede, aunque con frecuencia se presenta bajos enfoques diferentes, pero el machaqueo constante se recrea en lo peor. No es un fenómeno exclusivo del verano; abarca todos los años y sus diferentes estaciones, pero en el periodo estival perturban, además, el sosiego vacacional.
Para olvidar temporalmente las inquietudes tenebrosas, se puede optar por no leer, escuchar ni ver lo que publican los medios; pero no por ello se desvanecen los problemas diarios, ya que la realidad es tozuda, y al final del verano, quiérase o no, volverán a atormentarnos.
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