En la primera sesión del debate de investidura, celebrado ayer, las izquierdas, hablando de díálogo y consenso, pusieron varias veces el ejemplo del buen entendimiento del Gobierno autonómico valenciano, constituido en la legislatura de 2015 por PSPV y Compromís, al que ahora se añadió “ Unides Podem “ en el de 2019, recientemente constituido. El anterior y el presente, conocido éste como “ el tripartito “, nunca han disimulado su catalanismo, siguiendo la inmersión lingüística del Gobierno catalán. La fascinación por los vecinos del norte viene de lejos.
Es un hecho constatado que en algunas escuelas no se enseña el castellano, y el monolingüismo del “ valenciano “ encubre el hecho de que se enseña en catalán. Las quejas de los padres que se oponen a ello, se niegan oficialmente con descaro y se meten en el cajón del olvido, no quedándoles más remedio que ir en busca de otro centro, normalmente privado o concertado, en los que la docencia se imparte en las dos lenguas cooficiales.
La penetración y difusión de la lengua catalana, que afecta también a los restantes centros oficiales, es subvencionada tanto por la Generalitat catalana como por la valenciana, siendo inútiles las denuncias mediáticas que ponen al descubierto dichas regalías.
Los socialistas valencianos siguen denominando a su formación política “ Partido Socialista del País Valenciano”-PSPV-, cuando lo correcto sería identificarla de la Comunidad Valenciana. Hasta el propio Pedro Sánchez, aspirante a la presidencia del Gobierno, se refirió ayer durante el debate- por ignorancia, desidia u oportunismo- al PSPV. El caso es que a base de repetir “ país “, se allana el camino para que se afiance la entelequia de los “ Países catalanes “.
Por cierto, el tripartito valenciano no es una balsa de aceite; anda a la greña y ocupado en guardar sus respectivas espaldas, al propio tiempo que practica el nepotismo y artes ocultas. No es un ejemplo a poner ni a seguir.
Punto de encuentro en el que confluyen opiniones y reflexiones con el afán de aportar un granito de arena al bien de España, de su unidad y lengua universal, la fraternal concordia, recuperar valores ya en el olvido y reivindicar las raíces cristianas de Occidente. Para ello es preciso tomar postura, aspirar a ser un actualizado CRUZADO cuyas armas sean la palabra, la pluma y ejemplar ciudadanía.
miércoles, 24 de julio de 2019
EL CATALANISMO EN LA IZQUIERDA VALENCIANA
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