Se atribuye a Heráclito el proverbio: “ todo fluye, todo cambia, nada permanece “ . Admitiendo el principio del filósofo de Éfeso; que al menos los cambios socio-políticos, éticos y culturales sean para mejor, y sin olvidar que las aguas estancadas, que no fluyen, son turbias y acaban produciendo hedor.
Esto es aplicable también a la política y a sus uniones de conveniencia, en los que nada es gratis- “ do ut des- “, y que muchas veces se frustran por posiciones numantinas y fobias infundadas. Cuando los desacuerdos se producen, empiezan los reproches entre los que parecían proclives a entenderse, olvidándose de lo primordial que les unía. Sin la sabiduría y el sentido de Estado, que tanto escasean en estos lares, que al menos haya rectitud de intenciones, prudencia, listeza y sentido común. No obstante, el sainete esperpéntico continuará.
¡ Felices vacaciones a los que puedan disfrutarlas ! Vuelvan con las pilas cargadas para afrontar lo que se avecina.
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