lunes, 29 de julio de 2019

EXALTACIÓN TERRORISTA

El recibimiento-exaltación que se da a los terroristas de ETA, cuando tras cumplir las condenas regresan a sus pueblos, se viene repitiendo desde hace años. Ese repugnante “ Ongi Etorri “ ( ¡ Bienvenido ! ), acompañado de aplausos y la parafernalia conocida, retrata la inmoralidad de los que participan en el mismo y la de sus organizadores y convocantes. Los reciben como “ héroes “, sin sentir piedad o una mínima conmiseración con las victimas de la banda, cuyos integrantes desconocen la palabra perdón por tanto sufrimiento que han causado con sus manos ensangrentadas.

Se calcula que unos 200.000 vascos se exiliaron de su tierra, afincándose en el resto de España, para huir de sus garras asesinas, extorsionadoras y secuestradoras. En justa reciprocidad procedería que los tribunales, además de imponer a los terroristas la condena carcelaria, condicionaran su puesta en libertad a no residir ni acercarse a las Vascongadas, así como decretar la orden de alejamiento de sus victimas vivas y las de sus familiares, aun en el caso de que las de éstos no hubieran sido mortales, cualquiera que sea el lugar en donde residan. Sería la fórmula más práctica para reducir y dificultar los recibimientos exaltadores de los terroristas al llegar a su localidad.

El último en ser recibido en su pueblo, con loores, vítores y abrazos, ha sido el criminal Ugarte. No será el último. Las diligencias que en su caso inicie la fiscalía por exaltación terrorista, vistos ciertos precedentes, de poco o nada servirán.

Aprovechando que “ El Pisuerga pasa por Valladolid “, no viene de más recordar que los socialistas podrían gobernar en Navarra con la abstención de Bildu, formación “ filoetarra “. Si ello ocurriera, asistiríamos al remedo de “ Navarra, bien vale una traición “.

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