Hay un auge de programaciones en determinados canales televisivos y de las tertulias en torno a sus distintas emisiones, que tienen una cota alta de audiencia. Sus participantes integran el mundillo del “ famoseo “, conseguido a base de la compra-venta de escándalos, infidelidades y desengaños, así como de otros líos privados, familiares y de pareja, que deberían reservarse para la intimidad y no ser expuestos en público. Estos “ famosillos “, algunos allegados a los mismos, así como otros que dicen conocer lo bueno y lo malo de aquéllos, se eligen en función de lo que pueden aportar a las distintas polémicas en cuestión. Al final se trata de un negocio: fabricar un producto en el que todas las partes intervinientes obtienen un beneficio de mayor o menor entidad.
Habría que estudiar las razones reales que subyacen en la elevada audiencia. ¿ Morbo, incultura, pasatiempo y entretenimiento para alejarse u olvidar los martilleantes problemas reales, incapacidad para observarlos y comprenderlos, inclinación al cotilleo, un poco de todo,etc.? Aunque el medio influye en el entorno, no es aconsejable ser abducido por aquél. En cualquier caso, los contenidos son de libre elección. Cada cual es el dueño de su mando a distancia, manejándolo a su gusto.
Punto de encuentro en el que confluyen opiniones y reflexiones con el afán de aportar un granito de arena al bien de España, de su unidad y lengua universal, la fraternal concordia, recuperar valores ya en el olvido y reivindicar las raíces cristianas de Occidente. Para ello es preciso tomar postura, aspirar a ser un actualizado CRUZADO cuyas armas sean la palabra, la pluma y ejemplar ciudadanía.
domingo, 14 de julio de 2019
EL NEGOCIO DEL “ FAMOSEO “
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