Cuando arrecia 
la desvirtuación del concepto tradicional y natural de la familia y se pretende 
acabar con la enseñanza religiosa, conviene transcribir lo que dijo alguien ante 
un nutrido auditorio, hace 15 años, en el epígrafe referido a las 
Influencias ejemplares recibidas: 
“ El ejemplo de mis padres : 
Quienes desde su austeridad, dadas las penurias de antaño, ya desde pequeño me 
inculcaron principios religiosos y los sentimientos de honradez, sacrificio, 
justicia, laboriosidad y amor a España.
La influencia franciscana: 
Educado en y por los frailes menores, reforzaron el familiar ejemplo, el hábito 
al estudio, obediencia y desprendimiento, sin descuidar la pedagógica 
disciplina. Quiero reconocer públicamente mi agradecimiento a esta Orden de la 
Iglesia Católica, máxime ahora cuando algunos pretenden desterrar a Dios y 
demasiado a menudo propugnan el escarnio y mofa de los más preciados 
sentimientos religiosos. Para quienes así actúan, en vez de revancha y odio, 
estemos prestos al perdón, mas no a la justificación ni a la indiferencia antes 
tales perversos desvaríos ”.  
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