lunes, 13 de junio de 2022

DISCRIMINACIÓN TRIBUTARIA

  

 
 
 
Ya se sabe la diligencia que pone la Agencia Tributaria para esquilmar los bolsillos de los contribuyentes, preferentemente con los que procuran cumplir sus obligaciones tributarias. Al menor error o fallo involuntarios, ¡ castañazo que te da !, sin que te conceda la presunción de inocencia y la inexistencia de mala fe. Esto contrasta con la pasividad y negligencia que mantiene respecto a los cientos de miles de personas, que tienen teóricamente unos ingresos laborales justitos o reciben el paro, incrementándolos fraudulentamente con trabajos “ extra “ cobrados en “ negro “, más diversas subvenciones inmerecidas, saliéndoles negativa la declaración de la renta, si es que la hacen. Todos conocemos casos como éstos a montones, pero Hacienda no se entera o no quiere conocerlos. Su consiga parece ir dirigida sobre las personas de notoriedad y fama pública, de las que pretenden sacar un buen pellizco y sirvan a la vez de escarmiento y ejemplaridad, lo que parece adecuado si se trata de defraudadores fiscales. Pero lo habitual es ir a la caza del facilón contribuyente honesto.
 
La cuestión es hacer la “ vista gorda “, por razones de clientelismo político gubernamental, hacia esa “ pobre gente “ que, entre pitos y flautas, llegan al final del mes con unos ingresos suculentos e inalcanzables para otros profesionales, que desempeñan su labor con loable dedicación y sin escaquearse ante Hacienda. Todos los trabajos son dignos y necesarios; pero también es obligado contribuir a las arcas públicas sin “ trampas ni cartón “. Andamos sobrados de pícaros y aprovechados que tienen a gala engañar al Fisco y chupar de las ubres del Estado. 

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