La sociedad está pasmada y
anestesiada
ante tantos dislates a los que se ve
sometida.
La subida continua de precios
y la ingeniería social desaforada
la tienen anonadada, replegada en ella
misma,
resistiendo como puede, sin fuerzas para
rebelarse.
No alcanza a ver los poderes
ocultos,
el entramado de intereses varios que dirigen el
mundo,
pero sí a sus títeres gobernantes.
¿ Por qué llenar la cesta de la compra es una
hazaña
reservada a los pocos pudientes
o a los que echan mano de sus escuálidos ahorros
?
Las colas del hambre son kilométricas,
los que están en riesgo de severa
exclusión
se cuentan por millones, sin perspectivas de
solución.
Las protestas a favor de la vida, la verdad,la
libertad y la familia
caen en saco roto. Son sólo un incordio
pasajero,
para quienes persisten con sus leyes inicuas y
antinaturales,
que sirven de abono laicista beligerante al
servicio de los malvados.
La “ cultura “ de la muerte, la mentira y los ataques a la
institución familiar
avanzan a marchas forzadas,
deliberadamente programadas.
Maldito empeño por retroceder y cambiar a peor.
Los de aquí y fuera, creyéndose
inmortales,
fenecerán también un día. En herencia
dejarán
sólo ruina y desolación.
Urge salir de la resignación, pasar a la
democrática acción.
¡ Que retumbe en foros, calles y
plazas
el descontento popular !
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