En el último número de la revista “ Misión “ se incluye la
entrevista que le hizo dicha publicación a François-Xavier Bellamy, francés,
católico, filósofo y eurodiputado. Se reproduce a continuación, por considerar
que es motivo de reflexión, una parte de la misma, referida a las raíces de
Europa:
“ Siempre me ha llamado la atención ver que muy pocos de mis
colegas en el Parlamento Europeo hacen referencia a las obras culturales. Estamos en un Parlamento Europeo muy poco europeo. Se
habla de números, técnicas, regulaciones, pero no ahondamos en las raíces
intelectuales, espirituales y culturales de Europa, necesarias para impulsar ese
trabajo. En toda la campaña parlamentaria he insistido en la importancia de
buscar las raíces de la civilización europea. Raíces que son grecolatinas, pero
también judeocristianas. Europa no tendrá futuro si no asume nuevamente la
herencia que la hace vivir aún hoy.
Por el laicismo, en el debate sobre la Constitución Europea, en
2005 , Francia combatió fuertemente contra países como Polonia, que querían que
las raíces cristianas de Europa fueran explícitamente citadas en los textos
fundacionales de la Unión Europea. Y Macron dijo hace un año que el debate sobre
las raíces de Europa no tiene ya relevancia, que esas raíces pueden morir, que
lo que importa es la savia, el futuro.
Quien haya plantado un árbol sabe que no hay savia sin raíces. Esa
negación de la realidad nos hace perder el sentido de la unidad, conduce al
aislamiento de las sociedades y a la fractura de Europa, y nos hace frágiles
para afrontar, por ejemplo, el auge del islamismo. “
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