Observa y juzga por ti mismo.
Que no influyan en tu pensar.
Mírate en el espejo de tu alma.
Deja paso a la introspección,
que pondrá al descubierto
si actúas conforme a lo que crees
ser,
si has sido abducido por la mentira
o te autoengañas y naufragas
en el revuelto mar de la simulación.
Si errada es tu actitud,
y cambias de rumbo
en busca de la autenticidad,
la encontrarás en la orilla
donde reposa la virtud.
Templarás tu espíritu,
sentirás la fortaleza
del “ yo ” único y personal.
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