En Semana Santa se aplacan las
pasiones.
Pocos políticos siguen con el pico y la
pala,
para cumplir con sus obligaciones.
Se evaden y relajan con los días de descanso,
aunque siempre hay los que están de
guardia,
contraatacando a sus oponentes,
y defendiendo a los de su bando y a sus
mentores.
El común, sin renunciar a sus
convicciones,
opta por el turismo, sea el
convencional,
o el cultural- religioso de los pasos de las Hermandades.
Los que, por diversos motivos e
impedimentos,
están en sus casas, siguen por
televisión
las programaciones habituales en estas fechas,
emocionándose al escuchar las saetas, el
sonar
de trompetas y tambores, y el fervor
popular
reinante en calles e iglesias.
¡ Feliz Semana Santa ! Estamos en su “ Ecuador “.
A los que se desplazan: ¡ Cuidado y Precaución !
En el trascurso de la misma y durante el regreso,
cuantos menos accidentes, menos llantos de
dolor.
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