lunes, 7 de abril de 2025

HACER EL BIEN

  

Hagamos el bien que se pueda y de nosotros
 
dependa, en desinteresada entrega,
 
sin esperar reciprocidad ni recompensa.
 
Pagado sobradamente se está
 
con la satisfacción íntima y la paz interior,
 
que surgen por la humanitaria acción.
 
Ayudar al desvalido y al necesitado,
 
son obras benéficas de caridad.
 
Pero conviene discernir si el personal
 
desprendimiento sirve para el bien
 
o sufraga las adiciones y vicios
 
del que se pretende favorecer o auxiliar.
 
En caso de duda, echar una mano, no está mal;
 
prevaleciendo la buena intención del dador
 
sobre la posible vida descarriada
 
o la torpe intención del receptor.

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