San Pablo dijo :" Si Cristo no hubiera
resucitado, vana sería nuestra fe “.
Pero resucitó: ! Aleluya !, ¡ Gran gozo e
inmensa alegría !
Nos redimió del pecado con la muerte en la
Cruz.
Sepultado, ascendió al Cielo al tercer día.
Está sentado a la diestra
de Dios-Padre. Nos libró de la muerte eterna,
para poder vivir
con plenitud y sin fin en el Reino
celestial.
Ahuyentemos las dudas. Acrecentemos nuestra Fe
y la Esperanza,
y que sean el Pan espiritual de cada
día.
Cada vez que las debilidades humanas nos hagan
caer,
pongámonos de hinojos ante Él y pidámosle
perdón.
Rogó al Padre que perdonara a los que le
crucificaron,
porque “ no saben lo que hacen
“.
Al expirar, el centurión dijo : ¡
Verdaderamente,
Éste era el Hijo de Dios !
Pidamos al Redentor que le sigamos, no le
traicionemos
ni abandonemos. Cantemos su excelsa
gloria.
Venció a la muerte con su
Resurrección.
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