Hay que tener cuidado al conversar
con personas susceptibles.
Pensar bien lo que se va a decir,
para que no se interprete mal,
y se tome lo dicho como ofensa personal.
En caso de duda, atenerse al refrán
“ en boca cerrada no entran moscas
“;
pero ante un malentendido, si no se
habla
para esclarecerlo, se corre el riesgo
de
incurrir en el tópico “ quien calla, otorga
“.
Es bueno socializar, mas no “ Al tuntún
“;
sabiendo con quién, para qué y compartir
ciertas afinidades e inquietudes en común.
Entablar relaciones sociales
ensancha
la mente, el conocimiento, la tolerancia,
la empatía y aleja la misantropía.
Si en el círculo frecuentado hay
algún
componente susceptible, como ya se le
conoce,
se elude lo que puede mal
interpretar,
otorgándole comprensión y simpatía.
En este mundillo, quien más o menos,
tiene sus defectillos.
Hasta pueden caer en gracia algunos
pillos.
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