Aunque “sobre gustos no hay nada escrito” y cada uno es libre de elegir el lugar de vacaciones y cómo disfrutarlas, siempre que su personal economía se lo permita, no es de extrañar que sorprendan muchas elecciones turísticas, sin dejar de reconocer que en ellas puede influir la edad, cultura, salud, familia, aficiones,precios, y un montón más de variables.
Recomendable seria que el que “sale” al exterior, conociera primeramente su ciudad, provincia, región y las maravillas de su país.Aquí mismo, en España, hay una amplísima oferta para todos los gustos , posibilidades económicas y edades,( playas, zonas interiores, verdes montañas, monumentos, museos,artes en general, excelente gastronomía, prácticas deportivas, lugares tanto para el divertimento como para la tranquilidad y reposo, etc....), con un amplio abanico de excelente infraestructura hotelera y alojamientos de diversas clases.
Se puede argumentar en contra que, como “está a mano”, siempre hay tiempo para verlo, que se pueden aprovechar los fines de semana o puentes, como lo pretendido es alejarse, desconectar, olvidar, cruzar mares,…También se puede argüir que es posible, con alternancias anuales o periódicas más o menos espaciadas, compaginar el conocimiento y disfrute del interior y del exterior, lo que no cabe desdeñar; si acaso apuntar que la vieja Europa es referencia obligada.
Cualquiera que sea la decisión adoptada, lo conveniente es romper la rutina, enriquecer espíritu y conocimiento, respetar las costumbres del sitio que se visita, tomarlo con calma. Si en algún lugar te vas a sentir incómodo o crispado ¿porque ir?
Se observan tendencias a alejarse de aglomeraciones, del artificial “típico turismo” que aún mantiene millones de veraneantes y se lo pasan bien, dividirlas por semanas o quincenas, elegir temporadas y durante Agosto gozar de los placeres de tu solitaria ciudad que el ajetreo diario te lo imposibilita.
Condenable por inmoral, degradante y vejatorio es la práctica del denominado “turismo sexual”, con especial gravedad cuando se practica con menores e incluso niñ@s, generalmente en alejados países donde reina la hambruna.
En polo opuesto, por ejemplar, están los que individualmente o en organizaciones benéficas, dedican altruistamente su periodo vacacional al cuidado y apoyo de los más débiles, enfermos y necesitados, repartidos por todo el mundo; de cuya amorosa entrega desinteresada fue pionera la Iglesia y en tal empeño persevera.
A quienes puedan permitírselas, ¡felices vacaciones! y a los que, por motivos diferentes( la crisis y el desempleo afecta a demasiados), sigan en casa, que procuren encontrar nuevos sabores, aún sencillos y simples, que tan cerca los tiene y tal vez le resulten inéditos.
Para finalizar, una curiosa observación. Pese a las crisis generalizada de valores en Occidente, se dice y observa que unos de los sitios más visitados son los que constituyen el valioso patrimonio artístico-cultural-religioso de la Iglesia Católica; desde Tierra Santa, Vaticano, Catedrales, Monasterios, Iglesias… a, por ejemplo, aislada capilla románica de Palencia. Ingente patrimonio que precisa de muchísimo dinero para su conservación y/o rehabilitación.
Prudencia y que al retorno estéis sanos y salvos.
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