Hay gente que, aunque bautizados , no son creyentes; pero quieren que sus hijos reciban la primera comunión y la celebran como si fuera un acontecimiento especial civil a festejar. Suelen también preferir que sus retoños se eduquen y formen en centros religiosos, aunque nada quieren saber de la Iglesia, ni de curas , frailes y monjas. Hablan de solidaridad, se quejan de las injusticias sociales; pero les cuesta reconocer la inmensa labor caritativa de la Iglesia o la admiten a regañadientes
Comentan sobre las depresiones y ansiedades que llenan de pacientes ambulatorios y consultas de psicólogos y psiquiatras, pero desdeñan la terapia para los males del alma que proporcionan tantos sacerdotes en " consulta" abierta a todos sin cobrar, en cualquier iglesia o parroquia. Dicen que después de la muerte no hay nada, pero encargan misa de funeral cuando fallece un cercano pariente, por cumplir la voluntad del finado, el qué dirán o por si acaso...
No faltan los que se consideran católicos no practicantes o no asiduos a actos de culto, pero que no les toquen la Iglesia o las manifestaciones de fervor popular; del mismo modo que hay mucha gente entregada por AMOR a los demás-santos en vida- que pasa desapercibida y un gran común con buenos propósitos que olvidamos con demasiada facilidad.
Por otra parte hay quienes, declarándose ateos o agnósticos, reconocen la gran labor de la Iglesia y su aportación, durante siglos, a la cultura ,misericordia, atención a los más pobres y desvalidos, como su adaptación, con el correr del tiempo, a los cambios sociales sin renunciar a la esencia doctrinal.
Ejemplos de lo dicho se ven y escuchan a diario, incluso con personas y/o amigos con los que nos relacionamos, sin que se aprecie por lo general, entre los incrédulos, agresiva hostilidad contra el hecho católico; tal vez, en ciertos casos, indiferencia.
Contrariamente a todo ello, si que se observa una persistente beligerancia hacia la Iglesia y sus Instituciones que bien podría tildarse de diabólica, por parte de individuos y ciertos grupos de poder e influencia. Aprovechan cualquier pretexto, para soliviantar ánimos y captar aquiescencias recurriendo a la falsedad y burdo populismo. Lo último, que no lo más grave, es la recomendación del PSOE de Rubalcaba y otras formaciones de izquierda para que los ayuntamientos de su cuerda, con la excusa de la crisis, cobren el IBI a la Iglesia Católica al margen del acuerdo suscrito en 1979 con la Santa Sede. Propuesta que ¡ sorprendentemente! también ha hecho suya, o tiene en estudio, algún ayuntamiento gobernado por el PP pese a la recomendación en contra de la Dirección Nacional de su partido.¡ Vivir para ver!
¿Qué partido político o sindicato, está "dando de comer al hambriento", a esa legión de desventurados que diariamente atiende Cáritas?, sin pormenorizar en tanta acción benéfica ,social y cultural que la Iglesia lleva a cabo por todo el orbe. Eso sí, para los "aparatos", su mantenimiento y quienes de ello hacen profesión, de recortes y sacrificios ¡naranjas de la China!; si acaso algún ligero toque de maquillaje para enmascarar lo que es vergüenza pública.
En fin, perdura lo de que siempre andamos detrás de los curas, ya sea con la estaca o con el cirio .Mientras tanto, otros observan el paso de la procesión o le dan la espalda. La estaca no derrama sangre aquí y por ahora, como la de los mártires de nuestra pre y guerra civil última; los cirios no se prodigan y el incienso es aroma en extinción.
Y algunos enemigos de la iglesia mandan infiltrados para intentar destruirla desde dentro.
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