domingo, 20 de mayo de 2012

UNA TRAICIÓN MÁS EN EL VATICANO

 

El filtrador de documentos secretos o confidenciales a los que tiene acceso por razón de su cargo o que, sin estar autorizado para conocerlos, se vale de su proximidad al lugar donde se custodian para, con artimañas, hacerse con ellos o copiarlos con el fin de hacerlos llegar a un tercero, obra impulsado por alguno de los siguientes motivos o conjunción de más de uno:

Por dinero u otro tipo de recompensa, venganza, despecho, cesión a chantaje o estar al servicio de oscuros intereses. En cualquier caso, traiciona la confianza que en él fue depositada y le trae sin cuidado el daño causado. Es más, puede llegar a sentirse satisfecho por haber cumplido " su misión" o conseguido su objetivo.

El tipo, clérigo o no y con independencia de su mayor o menor rango, que sustrajo los documentos guardados en la Secretaría de Estado del Vaticano y los facilitó a quien ha escrito el libro" Su Santidad, los documentos secretos de Benedicto XVI", no es y tal vez nuca lo haya sido un hijo fiel a la Iglesia, por cuanto han primado sus intereses personales u otro tipo de vínculo al compromiso con aquella y a la lealtad con el sucesor de Pedro, Benedicto XVI, cabeza visible de la misma.

Aunque la traición es repudiable, no sorprende debido a la fijación contra el hecho católico y su más alta magistratura. Infiltrados, topos e hijos infieles siempre los ha habido. En este caso, sean cuales fueran las razones del sustractor-filtrador, un periodista-escritor apellidado Nuzzi pretende con el libro "hacer el Agosto" y en las técnicas de publicidad y marketing por parte de la editorial  prima la rentabilidad sobre la ética.

Por principios nos abstendremos de comprar el susodicho libro, nos sobra con las reseñas periodísticas que, referente a España y a los empeños de ETA, nada nuevo aportan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario