¿ LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD ?

 

A la vista están los que con más o menos disimulo, incluso sin preocuparse de guardarlo, van contra la Institución monárquica. No dejan pasar de largo ninguna oportunidad, la última la imputación judicial de la Infanta Cristina; noticia que aunque no se descartaba del todo, y al margen del resultado final, empaña la imagen de la Corona y erosiona aún más la de España sobradamente maltrecha por los casos de corrupción política.

La ciega saña anti monárquica se evidencia en el regodeo con el que algunos han recibido y tratado la imputación de la infanta, que no parece responder a deseos de que se imparta justicia y que ésta sea igual para todos, sino a la fobia contra lo que la Corona es, garantiza y representa constitucionalmente.

El que la familia real esté disgustada por la mala noticia entra en el campo de lo lógico, no es un plato de buen gusto y a nadie le gusta ver a un familiar en un trance triste, judicial o de otra clase, aún en el hipotético caso de que hubiera dado pie para ello; pero la Justicia seguirá su curso sin interferencias, lo que no siempre se puede decir cuando los encausados, o susceptibles de serlo, ocupan elevados puestos de, por ejemplo, la llamada clase política, la sindical o la financiera.

En la entrega de despachos a los nuevos jueces efectuada hoy en Barcelona, un día después de ser imputada su hermana, el Príncipe Felipe les ha dicho que su función " cobra aún mayor trascendencia en momentos complejos como los actuales, que exigen a todos afrontar con valentía retos y desafíos y que demandan eficacia, seguridad y confianza", que son " esenciales" para mantener el Estado de Derecho, exhortándoles a que la ejerzan con " prudencia y fortaleza".

Sea cual sea el desenlace final de este penoso asunto, lo cierto es que ha sido aprovechado por quienes persistentemente tratan de deslegitimar la Jefatura del Estado encarnada en el Rey. Cuando el Príncipe D. Felipe sea llamado a la sucesión necesitará mucho tiento- ya lo está demostrando-, ganarse el favor del pueblo con el bien hacer y la ejemplaridad- señales da de ello- y contar con apoyos leales de gente capaz y honrada para que la Institución perdure; tal vez sea la última oportunidad, pues las maniobras en contra de la Corona no cesarán.