Como se sabe, la Delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, sufrió un accidente de circulación en la tarde del pasado día 21, al producirse una colisión entre la moto que conducía y un turismo, resultando con graves lesiones. Trasladada al hospital público madrileño La Paz, fue operada de urgencia e ingresada, a continuación, en la UCI, en la que continua siendo atendida médicamente debido a que su estado de salud sigue siendo grave, apuntando ligera mejoría; pero el peligro no ha desaparecido.
Accidentes como éste son tristes noticias todos los días, si bien ha sido mayor la repercusión mediática por la personalidad de la accidentada, como habitualmente sucede en casos similares; pero se ha producido una reacción por una minoría radical de izquierdas, a las puertas del hospital, inexplicable en un país civilizado, coreando salvajemente que fuera sacada del mismo y trasladada a un centro sanitario privado, explotando política e inhumanamente la polémica existente sobre la gestión privada de ciertos hospitales públicos .
Flaco servicio han hecho estos agitadores de la permanente contestación gubernamental a la llamada " marea blanca", formada por un sector del personal médico-sanitario, a la que suelen adherirse elementos extraños, que mantiene posturas contraria a la privatización. Es dudoso creer que entre los protestones concentrados frente a La Paz, aunque algunos vistieran bata blanca, se encontrasen profesionales de dicho centro. En este colectivo prevalece, además de su acreditada competencia, la deontología, cualquiera que sea la condición personal e ideológica de las personas que tienen a su cuidado médico. En caso contrario, supuesto que parece altamente improbable por lo apuntado, cabría depurar algún tipo de responsabilidad.
Cualquier persona que está pasando por un serio trance de salud, sea en su casa, clínica u hospital, merece compasión, ayuda y afecto; o, como mínimo, si te es desconocida o no comulgas con ella, un respetuoso silencio. Silencio que, por otra parte, tampoco han guardado los desalmados que, a través de la red, han lanzado todo tipo de improperios y funestos deseos contra Cristina Cifuentes, retratándose también como la canalla que son.
Lo malo de éstas situaciones es que aunque a la mayoría nos produzcan repulsión, aquí todo vale y buscan cualquier excusa para denostar al gobierno, su política y a sus políticos.
ResponderEliminarPaís de cretinos.
ResponderEliminarÁnimo Cifuentes, a ver si te recuperas pronto del todo y les das "caña" a la panda de radicales que te han insultado.
ResponderEliminarY a quien le debemos que el País esté como está.......adivina adivinanza.
ResponderEliminarSoy el de antes, me refiero a que esté carente de todo valor moral. El anónimo de antes.
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