El odio ideológico es destructor de por sí; convierte al discrepante y al adversario en enemigo a batir. Sus formas de expresión pueden ser taimadas o iracundamente explícitas, pero revelan la catadura moral de aquellos en los que anida. Ahora se han sacado a relucir, como botón de muestra, varios "tuits" de algunos de los electos municipales de la plataforma "AHORA MADRID"( PODEMOS+GANEMOS), que delatan la miserable mala entraña de sus autores, por muchas disculpas o justificaciones que aleguen. Sus contenidos, nombres y actuales cargos de los que no hace mucho los escribieron es innecesario repetirlos; han sido ampliamente difundidos tras las recientes elecciones. ¡ Y cuántos miles más de ese o similar tenor circulan por la red !
Lo extraño, si es que algo puede ya sorprender en la España de los últimos tiempos, es que conocida la trayectoria antidemocrática y públicamente anticívica de esos violentos "tuiteros", formaran parte de las listas para ser munícipes. Hay casos, como los referidos, que no pueden ampararse con el pretexto del desconocimiento. A los ingredientes del cocido madrileño no deben añadirse otros que lo hagan repulsivo y vomitivo.
Y en esas estamos. Cuando parece que hay un consenso social y político para acabar con la corrupción económica, se aposenta otra más perniciosa: la del sectario odio revanchista, con el que no caben medias tintas. O se les cortan los humos a los que lo exhiben en "tuits" y en diversas proclamas y acciones, o la putrefacción hará irrespirable el aire de la democracia.
Me cuesta creer y me preocupa sobremanera que a estas alturas hallamos vuelto al los albores del 36 . " los pueblos que olvidan su historia, están condenados al repetirla"
ResponderEliminarCon ello quiero decir que en esa fecha y tras unas elecciones municipales que ganó la derecha vino la llegada República y la tranquilidad al final de la guerra civil.
A juzgar por las intenciones reflejado en algunos twits de algunos concejales y otrora ocupas , vagos e indeseables sobre la guillotina y otras lindezas es para preocuparse. Una de las dos España ha de helar tener el corazón y en eso estamos