El presidente del Gobierno Pedro Sánchez dijo ayer en el Senado, refiriéndose al suicidio del terrorista encarcelado Igor González Sala : “ Lamento profundamente la muerte del preso de la banda ETA”, como si el fallecido hubiera sido el componente de una banda musical. Igor fue integrante de la criminal y terrorista banda etarra, responsable de más de 800 asesinatos, millares de heridos, múltiples estragos y extorsiones, y de que unos 200.OOO vascos tuvieran que huir de su tierra y refugiarse en el resto de España para salvar sus vidas.
Entre los asesinados hubo gente de diversa clase
y condición: guardias civiles, policías, militares, mujeres,hombres, niños,
políticos- también socialistas –, periodistas, fiscales, algunos disidentes de
la banda, etc. De todos esos crímenes aún hay unos 300 sin resolver, ni voluntad
por parte de los terroristas, llamados “ arrepentidos “, de coadyuvar a su
esclarecimiento.
Si Sánchez fuera creyente, hubiera podido elevar
una plegaria en privado para que Dios se apiadara de Igor. Pero al no serlo, lo
acertado hubiera sido evitar el desafortunado “ lamento “, que ha indignado a
las víctimas del terrorismo y a la demás gente de bien. Pero a él todo le importa un bledo. Lo único que le interesa es
conservar el poder. Si para ello tiene que fingir y engañar, lo hace con
frialdad y descaro. Este es el presidente desahogado y falto de escrúpulos que
por desgracia tenemos que soportar.
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