jueves, 10 de septiembre de 2020

" MENS SANA IN CORPORE SANO "

  

 
 
“ Mens sana in corpore sano” reza el adagio latino, aunque no siempre se da tal relación. Unas veces se recurre a las prácticas deportivas para liberar o aliviar el estrés de la vida cotidiana, que incide negativamente sobre la salud psíquica, siendo tal afectación el motivo para “ desconectar “ e intentar recuperar el equilibrio emocional. En otras ocasiones se practica el ejercicio físico por puro placer y afición y “ estar en forma “, o para quitarse los kilos sobrantes y agradar a uno mismo y a los demás. Están también los que quieren hacer y lucir músculos, algunos de los cuales recurren a anabolizantes u otras sustancias nocivas para la salud. La casuística al respecto es múltiple y variada. El ideal es la conjunción de cuerpo y mente sanos, pero para ello no hay que machacar aquél hasta el agotamiento físico, y hay que tener el equilibrio mental para saber hasta dónde se puede llegar. Y es que el “ culto al cuerpo “ exagerado, tan extendido hoy en día, puede devenir en una obsesión patológica.
 
A las personas mayores y a las que aún no siéndolo tienen determinadas dolencias, se les suele recomendar por el médico determinados ejercicios y paseos diarios sin llegar a la fatiga. Concretamente el paseo, al principio cansino o aburrido, puede llegar a convertirse a los pocos días de su inicio en una rutina agradable y necesaria.
 
En estos tiempos de mascarillas, distancias, aislamientos y hospitalizaciones a causa del coronavirus, hay que pensar en los afectados por la pandemia. A las dolencias en su salud física hay que añadir la angustia y la incertidumbre que les invade. Estos sentimientos pesarosos han hecho también mella en los demás, que no pueden dejar de preguntarse: ¿ Me tocará también a mí ?
 
Quien pueda hacer deporte o pasear que lo haga. Al menos se librará por un rato de la extendida pandemia psíquica derivada de la física. 

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