domingo, 13 de septiembre de 2020

LA FAMILIA Y SU UNIDAD

 El consejo último a los hijos, cuando la muerte se acerca, es en bastantes ocasiones “ Cuidad de vuestro padre ( o madre en su caso )  y manteneos siempre unidos”. Y es que la mejor herencia que se puede dejar a los hijos, más importante que los bienes materiales cuando los hay, es la voluntad de la permanente unidad familiar entre los descendientes y que perseveren en los valores morales que se les inculcaron desde la niñez.

 
No hay que dilapidar la herencia de la unidad familiar, aunque se atraviesen momentos duros y difíciles, pues la familia, como tantas veces se ha dicho y admitido, es “ la célula fundamental de la sociedad “. Si la familia y los pilares que la sustentan se resquebrajan, la sociedad se derrumba en su conjunto como un castillo de naipes.
 
Muchos y poderosos son los instrumentos diseñados para socavar el concepto y la esencia de la familia, promovidos por una falsa progresía, que pretende desnaturalizarlos y relativizarlos. Por ello son necesarias la resistencia pacífica y la denuncia pública para desenmascarar tan perversos proyectos, los cuales siguen avanzando e imponiéndose. Contra esta acción destructiva no cabe inhibición alguna, sino la reacción defensiva y constructiva. Está en juego el presente y el futuro de nuestra sociedad. La defensa  de la familia nos lo exige.

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