“ La política hace extraños compañeros de cama “.Es una frase acuñada con independencia de quien fuera su autor, pues hay varias atribuciones al respecto.
Cuando se extrapola al ámbito juridíco-judicial, concurriendo afán de notoriedad, intereses inconfesables o filias y fobias, la cama es el lecho en el que la Justicia y la Ley son mancilladas.
Esto es lo que le ocurre a la Juez argentina María Servini, enfrentada otrora al ahora ex juez Baltasar Garzón, cuando éste investigaba al entorno familiar del mandatario argentino Carlos Menen por blanqueo de capitales,a cuyos intereses sirvió aquélla según se afirmaba en Argentina. Posteriormente se implicaron ambos- Servini y Garzón- en lo de la Justicia Universal y los Derechos Humanos. Pero, claro, dependiendo de qué persona o régimen sea, a su entender y querer, el posible justiciable.
Servini pretende investigar desde hace tiempo- según su criterio parcial-, el “ genocidio franquista “ y a los supuestos “ implicados “, entre ellos al ex ministro Rodolfo Martín Villa, desconociendo la Historia, la trayectoria política y profesional de éstos e ignorando la Ley de Amnistía, que fue aprobada por el Parlamento democrático español. Por desconocer, a no ser que concurra mala fe, ignora el alcance de los términos genocidio y prescripción. Mas la cuestión es marear la perdiz y entrometerse en asuntos que no le competen.
Cómo será el dislate de esta señora que los últimos cuatro ex presidentes del Gobierno de España- González, Aznar, Zapatero y Rajoy- le han escrito una carta defendiendo a Martín Villa, además del posicionamiento a su favor de padres de la Constitución, ex ministros y altas personalidades de diferentes ideologías, que contribuyeron también al establecimiento de nuestra democracia.
A la Juez y al ex Juez, reconvertido en abogado tras su inhabilitación, les gusta estar en todas las salsas, siempre que piquen a lo que no es de su agrado.
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