El sexto sentido o intuición
es una sensación extrasensorial,
que, sin conocimiento previo,
alerta sobre la bondad o maldad
de una persona, o de lo que puede pasar.
Si está muy desarrollado, quizás acierte.
Pero no conviene guiarse por la
primera
impresión. Puede estar viciada de
origen,
por prejuicios y obsesiones del inconsciente,
echando por tierra la corazonada
inicial.
Coloquialmente, esa inmaterial
sensación,
se expresa con “ me huele bien, o mal
“.
Al igual que las “ apariencias engañan
“,
las corrupciones y malhaceres,
por repetidas, no extrañan.
Sobra con fijarse en lo que a diario
pasa,
para ver la podredumbre envolvente
y dejar el sexto sentido en casa.
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