jueves, 27 de febrero de 2025

LA LETRA DE CAMBIO

  

 
 
 
La antigua letra de cambio, sin plazo fijo,
 
tendría, si subsistiera, la validez que quisieran
 
otorgarle sus actuales avalistas nacionalistas
 
y los izquierdistas extremistas.
 
Cuando se dejaban de pagar los intereses
 
y el crédito pactado, el tomador quedaría
 
en descubierto e insolvente declarado.
 
Es lo que pasaba, cuando se incumplían
 
las reglas del juego, propias de
 
truhanes y trileros: la letra carecía
 
de valor y no se renovaba.
 
Desdeñó el aviso de que sólo era un papel,
 
y a cuyas estipulaciones se tenía que someter.
 
Reencarnada en hombre se obstina en su
 
perdurabilidad, convirtiendo el fracaso en triunfo.
 
¡ Vaya pufo !
 

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