“ Do ut des “- Doy para que des “-,
implica justa reciprocidad
entre lo que se da y se recibe.
En un acuerdo entre litigantes
hay concesiones por ambas partes.
En caso de discrepancias,
se recurría al imparcial “ hombre de paz
“,
para acabar con el “ tira y afloja “,
y aceptar una solución razonable
sin “ tirarse los trastos a la cabeza
“.
La antigua mediación popular,
para temas de lindes y otros
menores,
no es aplicable en los conflictos
bélicos,
como el de la guerra ruso-ucraniana,
en la que la “ putinesca “ Rusia se
quedará
con la parte invadida y arrebatada a
Ucrania.
Trump y Putin llevarán la voz
cantante.
A la Unión Europea y Zelenski, si les dejan meter
baza,
serán como convidados de piedra.
Cualquiera que sea el desenlace, que finalice la
guerra.
La sed de sangre brota en otro
lares.
Fatal destino de la Humanidad,
manipulada
por mercaderes de la muerte.
Los antiguos “ hombres de paz “ eran
respetados.
No intermediaban por personales intereses.
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