Ya ha salido a la luz la identidad del comisario-
controlador de
la policía infiltrada,
actor secundario de la película de
marras.
Mas pronto que tarde se iba a saber.
Ahora empezarán
las especulaciones
sobre quién dio la primicia o el soplo
al medio que la publicó y cuáles las motivaciones,
pues varios eran los conocedores.
Surgirán las teorías sobre si sólo
se trató de una desinteresada
indiscreción
o fue remunerada; si el origen fue
funcionarial
o político, si sirvió para desviar de otros
temas
candentes la atención,
u obedeció a una periodística
investigación.
El morbo del asunto irá tras la pista
de dónde está y qué hace la policía,
que estuvo infiltrada en ETA.
Deseable sería que a ella y al Comisario,
ya jubilado, los dejaran en paz.
Hicieron más de lo que el deber les
exigía,
para acabar con la organización
terrorista.
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