domingo, 23 de febrero de 2025

MALEDICENCIAS

 No hay que entrar en controversia

 
con los profesionales de las maledicencias.
 
No se apean de sus habladurías infectas.
 
Pérdida de tiempo es ponerlas en cuestión
 
o refutarlas. Ante tales viciosas querencias,
 
adictas a la difamación, hay que prestar
 
oídos sordos, guardar silencio y no entrar en discusión.
 
Que se queden con su “ razón “; basada en deseos,
 
que mantienen y divulgan con mala saña,
 
para enmarañar, captar a los desinformados
 
y que entren en el círculo de su maniática opinión.
 
Los que así “ pontifican “, “ con su pan se lo coman ”.
 
¡ Buen provecho ! Váyanse con el mendrugo a otra parte,
 
donde perora gente del mismo pelaje.

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