viernes, 21 de febrero de 2025

EL VIEJO GUERRERO

 El viejo guerrero, resguardado en su guarida,

 
colgó la espada y el arcabuz en la pared,
 
encima del lar, calentándose con el fuego
 
de la leña encendida.
 
Decaído físicamente, aún mantenía
 
la lucidez, para recordar por qué luchó,
 
el ímpetu que ponía y las heridas recibidas.
 
Prestó servicio de armas en los gloriosos
 
Tercios, a las órdenes del Gran Capitán, Duque de Alba.
 
No imaginaba el desguace de tamaña empresa,
 
ni la inquina posterior contra España.
 
Las llamas del fuego, en su bailoteo,
 
dibujaron una figura ascendiendo.
 
En ellas vio al Gran Capitán, que le
 
guió en tantas victorias, volando hacia la Gloria.
 
La evocación del viejo guerrero, trasladada
 
a la Historia reciente, tiene sus similitudes
 
con lo que, por revisionismo sectario,
 
está penalizado ensalzar.

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