jueves, 20 de febrero de 2025

NARCOTRÁFICO

  

 
 
 
 
 
 
El goteo de policías y guardias civiles,
 
detenidos por colaboración con los narcos,
 
es para preocuparse. Parece un chorreo.
 
Se dice que son casos aislados,
 
lo que es cierto; pero la suma de ellos va “ in crescendo “.
 
Se descubren por las investigaciones
 
practicas por sus propios compañeros
 
y por las unidades de Asuntos Internos.
 
¿ Cuál será la “ cifra negra “ de estas
 
corrupciones policiales ?
 
Aventurado es calcularla; pues lo que
 
no se descubre, no cuenta.
 
Hay que plantearse el problema en serio,
 
para saber por qué se ensucian los agentes descubiertos,
 
qué les lleva a hacerlo y cómo se puede atajar.
 
Las necesidades son muchas, el entorno social
 
y la ubicación territorial influyen, y las organizaciones
 
de narcotraficantes se afanan por “ comprar “
 
a los más susceptibles de dejarse “ vender “.
 
¿ Será también un reflejo de lo que ocurre
 
en otros ámbitos sociales, sin frenos morales,
 
proclives a satisfacer sus degradantes “ pasiones “ ?
 
Cualesquiera que sean las respuestas, es indudable
 
que las organizaciones narco-criminales, auténticas
 
mafias, procuran infiltrarse en los ámbitos de influencia
 
y decisión política, paso previo al narcoestado.
 
Contra ese peligro hay que estar en alerta.
 
Para prevenirlo, y extirparlo cuando se asienta,
 
tiene que funcionar el Estado de Derecho,
 
empleando rectamente y con determinación todos sus poderes;
 
así como fortaleciendo y respaldando la ejemplar
 
conducta de las abnegadas Fuerzas y Cuerpos
 
de Seguridad y de los miembros de la Justicia.
 
Los narcotraficantes campan a sus anchas,
 
consideran a España como un “ chollo “.
 
Es hora de “ cortarles las alas “.  

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