Ven, que te quieren ver
a ras del suelo, engreído
“ Sultán “; baja de las alturas.
Los lugareños te esperan,
movidos por simple curiosidad,
para preguntarte
sin rodeos
por el cierre de tus vacaciones
en el súper lujoso hotel
“ Hermitage ” de Andorra,
después del largo holgar en
el tinerfeño palacio de la “ Mareta
“.
No tengas miedo ni te escondas,
no llevan palos ni estacas;
tu excesiva y cara seguridad,
por eso de ahorrar,
la sustituirá el alguacil,
reforzado, si lo demandas,
por los paisanos del lugar.
La gente llana y sencilla
quiere saber lo que
está a años luz de
su conocimiento y alcance:
cómo estás de salud,
cuáles son tus
preocupaciones
e intenciones,
con quiénes
te has reunido y de qué
habéis hablado.
Sincérate con ellos;
tu rictus y ambiciones
son preocupantes.
Si precisas hierbas, para
alejar malos augurios
y serenar tu espíritu,
curanderas y meigas
son maestras en la materia.
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