Los antiguos tratantes de ganado
se llevaban sus comisiones.
Hacían su oficio con graciosa
picardía.
Algunos altos cargos, en activo o retirados,
que no andan descalzos,
han modernizado el negocio,
reconduciéndolo hacia a otros
mundillos,
en los que se mueven como peces en el
agua.
Se conciertan con los de “ su clase
“,
intercambiándose favores; haciéndolo
de tapadillo, que trasciende, e
invirtiendo
sus ganancias en cuentas opacas y en
el capricho de lujosas estancias.
“ Están a la que salta “; pero no
los
verás en las ferias de ganado, ni
los
admiten en ese ambiente campestre.
Espantarían a los animales, que
saltarían
las cercas, ya que no verían nobleza
en esa presuntuosa gente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario