Comer la tarta de un tirón,
no suele ser aconsejable;
a veces causa hartazgo e
indigestión.
Si se trocea y consume poco a poco,
dura más el disfrute de su sabor;
pero primero, en ambos casos,
se precisa tener gusto, dinero
y “ estar por la labor “.
El símil se puede trasladar
a las vacaciones: gozarlas sin
cortes
o dividirlas en partes, si hay
opción.
Las preferencias varían, según las
diferentes situaciones familiares,
personales y profesionales;
supeditadas, con frecuencia,
a los turnos establecidos o
acordados.
El mes preferido por la mayoría,
suele ser Agosto. Recomendable
especialmente para los que trabajan
en la Administración, ya que los
gerifaltes
supremos se reservan este mes
para ellos, además de los habituales
escaqueos durante todo el año.
El funcionariado listo tiene asumido
el dicho: “ Del jefe y del mulo,
cuánto más lejos, más seguro “.
Las ausencias de los altos mandos,
son como unas mini vacaciones:
se trabaja relajado; sin
interferencias
ni dictados, que afecten al resultado.
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