martes, 19 de abril de 2011

ZANCADILLAS

 

El Presidente del Gobierno y Secretario General del PSOE, Rodríguez Zapatero, dijo el pasado día 16 en Abril en Albacete, a tenor de lo que recogen los medios : “simplemente le pido al PP que me pongan todas las zancadillas que quieran a mí, pero no a España”.Queda bonita la frase, entra dentro del juego político en el que los contendientes recurren a oratoria efectista, máxime en periodos electorales.

Pero como los hechos están ahí, como la puerta de Alcalá, para quienes los quieran ver, vamos a dedicarle una líneas a la patriótica frase por la peculiaridad de quien la pronunció y no por el destinatario de la petición.

Las zancadillas, llevadas al terreno futbolístico, pueden originar una caída, un traspié y derivar en  falta sancionable por el árbitro; pero difícilmente pueden acarrean mayores consecuencias por lo habituales en los encuentros. El juego sucio del equipo “Zapatero F.C.”, jugado en su campo, ha llegado a más, ha dañado al propio equipo y al visitante, ha arrasado el  césped  del  cuadrilátero, ha sembrado la semilla de la discordia y el renacer de olvidadas confrontaciones en la afición.

Que no invoque impúdicamente el nombre de España quien tanto la ofendió; que no finja amor quien, cual D. Juan Tenorio, podría relatar: “…Por dondequiera que fui la razón atropellé, la virtud escarnecí, a la justicia burlé, y a las mujeres vendí. Yo a las cabañas bajé, yo a los palacios subí, yo los claustros escalé, y en todas partes dejé memoria amarga de mí…”

Ocioso es aclarar que el terreno del juego es España, españoles constituyen la afición y el árbitro, por querer ser neutral, ni pita ni saca tarjeta. Que no se invada el campo. Roma no pagaba a traidores, aquí aún hay quienes los inciensan para disimular el hedor a cadáver que desprenden, por si acaso se estuviera ante una recuperable catalepsia y se cumpliera lo de “ los muertos que vos matáis gozan de buena salud”

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