jueves, 22 de marzo de 2012

DE CORRUPCIÓN Y ELECCIONES ANDALUZAS

 

La raíz de la corrupción reside, además de la inmoralidad personal, en la forma torticera de entender y practicar eso que llamamos política, en el mal gobierno, la incapacidad de administrar con prudencia y digna austeridad el dinero público por olvidar que no es de los que lo manejan, el funcionamiento opaco y cerrado de los partidos cuya forma de actuar recuerda ciertos métodos mafiosos y la falta de un código deontológico efectivo, no de boquilla, que permita establecer un filtro respecto a los que aspiren dedicarse a ese noble arte de resolver los problemas ciudadanos, de tal modo que garantice honradez y capacidad entre los aspirantes y rápida reacción en contra de los que, una vez ingresados en la “familia”, se aparten de los cánones éticos y de competencia exigidos.

En el mundillo de los partidos, como en tantos otros, todo el mundo conoce el entorno más próximo y es muy difícil que pasen desapercibidos enriquecimientos no proporcionados a los ingresos, como ciertos hábitos o vicios cuya satisfacción requiere inusual dispendio.

La corrupción crece en torno al poder y echa profundas y extensas raíces allí donde se perpetúa en un mismo partido. Ejemplos hay de todos los colores y a niveles de influencia territorial diferentes; lo que sucede es que trasciende a la opinión pública en mayor o menor grado, por diferentes motivos. No obstante, hay que reconocer y ese es nuestro parecer, que algún partido se lleva la palma por vocación, tradición e historia.

Calentita está la condena al  ex presidente balear, Jaume Matas, por diversos delitos, y lo de EMARSA en Valencia huele peor que la depuradora, cuando Andalucía es un hervidero pestilente en plena ebullición de golferías y choricerías a cual más gorda.

Lo que más llama la atención, respecto a la corruptela( digamos supuesta, por si acaso) socialista en Andalucía, es la desfachatez con que se ha producido, la exhibición de prepotencia de los nuevos caciques, la sensación de impunidad asumida y transmitida y la compra continuada de tantas voluntades, conciencias y adhesiones. Esta compra es la que podría explicar que, a pocos días de las elecciones andaluzas (25 de Marzo) y pese al descalabro que las encuestas pronostican al PSOE, siga siendo alto, a  nuestro entender, la intención de voto socialista.

Sea cual fuere el resultado, hay motivos para que aumente el número de penitentes en la cercana Semana Santa, y pocos para que en las casetas de la Feria de Abril se prodigue el jolgorio. Ya veremos; el pueblo andaluz es especial, a la tragedia suele seguir la alegría y de la necesidad sabe hacer virtud como nadie. Esperemos que el 25-M guitarras y voces clamen por nueva esperanza, por ansiada ilusión.

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