viernes, 29 de marzo de 2013

MATRACAS EN VIERNES SANTO.

 

Las campanas permanecen en silencio y en su lugar suenan las matracas en señal de duelo. Es Viernes Santo; el sobrecogedor silencio, solo roto por cornetas, tambores y sones de música doliente, acompaña a los pasos en procesión. Una saeta sale de desgarrada voz y ojos que lagrimean miran a lo alto en contenido fervor.

En las iglesias están alzados los tronos y frente a ellos, en recogimiento, fieles velan y adoran al pan de vida eterna, al cuerpo y la sangre del Cristo Redentor. Rezo de Laudes, Viacrucis, celebración de la muerte del Señor y gente postrada ante los confesionarios para implorar el perdón.

Al Cristo en la cruz  le cantan en una ermita los gozos que empiezan así : " Pues por mi, crucificado, os miro en ese madero. Sanad, Cristo verdadero, mi dolencia y mi pecado". El recuerdo de la muerte de Jesucristo compunge al creyente, pero fue necesaria para la posterior Resurrección, fundamento de la Fe.

Dentro de dos días voltearán con alegría las campanas y el canto será el de "Resucitó...".

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