martes, 26 de marzo de 2013

UNA VOZ EN VIERNES SANTO

 

Antonio y Miguel, viejos conocidos, tras encontrarse en la calle se dan la mano e inician la conversación:

( A ) Buenas tardes, es un decir porque ya está de anochecida. ¿ De retirada?.

( M ) Aún no, es pronto y he quedado con...

( A ) No te entretengo.

( M ) Tranquilo, hombre, voy sobrado de tiempo y es para tomar un vino. ¿Quieres venirte?

( A ) Pues..., no sé. ¿ Con quién has quedado?, ¿lo conozco ?.

( M ) Claro que lo conoces, con Eusebio.

( A ) Deja, deja,..., como si no tuviera mejor cosa que hacer.

( M ) Se alegrará de verte, ¡ con las veces que habéis ido juntos de jarana !

( A ) Eso ya pasó, y ahí lo tienes: sin oficio ni beneficio, con una mano delante y otra detrás.

( M ) No es para tanto, se quedó sin trabajo, y entre el subsidio y algún ingresillo extra, va tirando.

( A ) Tirar sí que ha tirado, demasiado. Cerró la empresa, de amo pasó a empleado y, al final, ya lo ves: solo y soltero en la vida, como en la canción.

( M ) De solo, nada; sigue con su carácter extrovertido y jovial sembrando simpatía por donde pasa. Lo de la soltería va con su carácter, . Dice que aunque seria un buen padre, duda sobre si llegaría a ser un buen esposo y por eso no se plantea lo del matrimonio.

( A ) Que piense así, no está mal; pero como la cabra tira al monte... y es un derrochador...

( M ) ¡ Oye, oye!, que no decías eso de él cuando su dinero siempre iba por delante y bien que lo jaleabas. Se nota que hace mucho tiempo que no lo frecuentas, no sólo para ti quedaron atrás ciertas cosas.

( A ) No te enfades, llevo mucho sin verle; recuerdo que siempre fue un tipo alegre, espléndido con todos y amigo de los amigos.

( M ) En eso sigue siendo el mismo, aunque no se puede permitir ser tan desprendido.  Bueno, ¿vienes o no ?. Cada uno pagaría una ronda.

( A ) Mejor quedamos los tres otro día. Si fuera el próximo viernes, estupendo; estaré de "rodríguez " y como será Viernes Santo nos vamos a ver procesiones y, de paso, hacemos nuestro particular " vía crucis " entrando en algún que otro bar de por donde pasan, y lo que se tercie...

( M ) No va a ser posible, Eusebio no puede el viernes, tiene un compromiso.

( A ) ¿ Ves ?, es que no para…

( M ) No, ese compromiso es diferente; lo tiene, de un tiempo acá, todos los años en Viernes Santo.

( A ) Explícate, si es que se puede saber.

( M ) Muy pocos lo saben. Se pone una túnica morada, esconde su rostro bajo la capucha del mismo color, carga sobre sus hombros una pesada cruz y, descalzo, precede al cuerpo yacente de Jesucristo en una procesión del Santo Entierro.

( A ) ¿ Qué me dices ?, nunca me lo hubiera podido imaginar de él, tan aparentemente disoluto... ¿ por qué lo hace ?.

( M ) Misterios de los hombres, muchas veces no son lo que aparentan y su habitual actuar puede ser a menudo una forma de encubrir los más diversos sentimientos, las asperezas del alma.

( A ) Si, suele ocurrir; pero nunca le oí referirse a esas cosas, ni del compromiso que me acabas de descubrir.

( M ) No le des mas vueltas, ya te he dicho lo que pocos saben. Fíjate que al salir de su casa, para dirigirse al punto de partida de la procesión, ya va con la capucha puesta para pasar desapercibido ante el vecindario. Nada come ni bebe, salvo un poco de agua, los viernes de pasión. Se rumorea que un Viernes Santo, sin saberse el porqué, entró en una iglesia, tomó asiento frente a la imagen de un Cristo crucificado y escuchó una voz que decía: " fue clavado en la cruz y murió por ti ". Verdad o leyenda; pero algo, que sólo sabe él, influyó para que todos los viernes santos ayune, vista y haga de penitente anónimo en la procesión, doblado por el peso de la maciza cruz.

Se despiden. Antonio, pensativo, continúa camino de su casa. Miguel, acelera el paso para llegar puntual a la cita con Eusebio. Le preguntará por la voz, también a él le gustaría escucharla por si, en ella, encontrara respuesta a tantas cosas que le agobian y disimula.

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