sábado, 20 de julio de 2013

UN GALLO CON CRESTA.

 

Los telediarios nos han mostrado la cara sanguinolenta bajo una cabeza rapada en la que se levantaba la cresta de un gallo que fue a por lana y salió trasquilado, quedando sin plumas y cacareando. Ocurrió anteayer en Madrid durante la manifestación convocada por colectivos vinculados al movimiento 15-M por las derivas, supuestamente corruptas, del caso Bárcenas.

Con el calor que hace, a quién se le ocurre y pretende que arda el asfalto madrileño en lugar de refrescarse con un gazpacho frío que apaga los ardores del estío, como hacen los indignados y la izquierda en Andalucía que dejan pasar lo de los EREs y otras mangancias socialistas, sentados a la sombra que les cobija. Pero, ya se sabe, van a piñón fijo contra todo lo que huela a derecha.

La manifestación, como cabía esperar, se saldó con incidentes ( desórdenes, daños, agresiones y resistencia a los agentes,...) y, claro, la policía tuvo que actuar. Lo hizo con la mesura y proporcionalidad adecuadas, aguantando carros y carretas; pero ya nos han presentado un nuevo icono: el rostro ensangrentado de un gallo con cresta. Y es que el rojizo color es muy escandaloso y llama la atención.

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