CIERRE DE RTVV.

 

Parece oportuno dedicar unas reflexiones al cierre de RTVV ( Radio Televisión Valenciana), decidida por el Gobierno valenciano horas después de conocerse el fallo judicial por el que se declaraba nulo el ERE practicado en dicho ente radio-televisivo. El elevado endeudamiento de RTVV- unos 1.000 millones de €-, y el costo que supondría la readmisión de los afectados por el ERE- unos 1000 trabajadores-, más el mantenimiento del servicio e instalaciones, fueron la razones aducidas paja justificar el cierre; por cuanto, de no hacerlo, habría que distraer dinero de las partidas presupuestadas a los servicios más esenciales de sanidad, educación y asistencia social para dedicarlo a RTVV. En definitiva, según el gobierno autonómico, dada la penuria económica, hay que priorizar lo que realmente es esencial y no se puede mantener el ente si se cumple la decisión judicial.

Hay unanimidad al admitir el sobredimensionado de la plantilla, que fue aumentando con los años hasta llegar a 1.660 empleados; coste inasumible que motivó el ERE impugnado por UGT, CCOO, Intersindical y CGT. Estas formaciones sindicales mantuvieron posturas intransigentes durante la negociación;incluso cuando la última directora del ente decidió rescatar a 186 técnicos, y por criterios sociales a otros, medida que influyó para que el juzgador se decantara por la anulación. La oposición de estos sindicatos al ERE fue total desde el principio, con lo que resultarán perjudicados todos los trabajadores si el cierre decidido se lleva finalmente a cabo: la plantilla al completo quedaría sin trabajo.

La desdicha de un necesario ERE, que ha acabado tan mal, plantea interrogantes sobre si el asesoramiento y la defensa jurídica estuvieron a la altura de las circunstancias, si el fallo judicial anulándolo hubiera podido ser otro, si se previeron las consecuencias que podría implicar el cierre-más allá de la afección a toda la plantilla al verse a las puertas del paro-, si no hubo más remedio que decidirlo sin utilizar antes la vía del recurso,...

De momento, el anuncio del cierre del ente ha provocado una convulsión en la Comunidad Valenciana e incluso aflicción y preocupación en las filas del PP por no ser una medida deseada ni buscada. La utilización partidista con fines políticos no tardó en producirse por parte de formaciones de izquierda, algunas de las cuales se han distinguido por cuestionar las señas de identidad valencianas, sus símbolos y la lengua autóctona- el valenciano- que le es propia. Por su parte, el líder de los socialistas valencianos manifestó, en avance electoralista, que cuando gobiernen en la Generalitat reabrirán RTVV.

Se comprenden las protestas de los empleados afectados y las angustias que ellos y sus familias están pasando en estos momentos tan difíciles por las inseguridades laborales de un futuro que se ve próximo. Ello, unido a que el problema es de tanta trascendencia al tratarse de un medio de comunicación autonómico, querido y sentido como propio por amplios sectores populares, debería llevar a buscar fórmulas sensatas y conciliadoras que permitieran que RTVV siguiera funcionando a costes asumibles; lo que no se podría llevar a cabo readmitiendo a todo el personal que resultó afectado por el ERE, cuya nulidad ha estimado la Autoridad judicial. Cuestión diferente es el enfoque, modelo de gestión, volumen de la plantilla y tipos de contratación que procediese darle a una nueva andadura.

No hay que desperdiciar el tiempo en reproches, pues hay para repartir a trote y moche, a diestra y siniestra; sino utilizarlo en aunar esfuerzos para buscar, en último intento, una solución viable. Alguna debe de haber si media la buena voluntad por parte de todos, aunque siempre quedarán inocentes caídos en el camino.