Por tí, mujer, hace el hombre locuras de
amor.
Trepa las montañas y desciende a los
valles,
buscando el aromático ramito
silvestre,
postrarse ante tí, ofrecértelo sin saber
si aceptarás complacida o rechazarás
el sencillo gesto de su apasionado
sinvivir.
Ilusiona descubrir tu guardado
secreto,
embriagarse con la ambrosía que fluye de
ti,
de tu recatado caminar, apenas
insinuante,
y esperar de tus labios el sí.
Soñar contigo día y noche es el suspiro
permanente
por alcanzar tu ansiado
asentimiento,
iniciar juntos el amoroso viaje sin
retorno
teniendo por testigos la noche estrellada y el
radiante sol.
¡ Dichosas locuras de amor !
El inicial ramito silvestre fue en pos del “ dos
en uno “,
culminando en perenne guirnalda floreada.
En el centro tú, mujer, ¡ Miel de la vida !
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