El Papa Francisco iniciará mañana su
peregrinación a Irak, para mostrar el consuelo, agradecimiento y cercanía de la
Iglesia con los cristianos perseguidos allí, muchos de ellos martirizados por el
terrorismo yihadista del autodenominado “ Estado Islámico “, que causó al propio
tiempo un gran éxodo de los mismos, así como el destrozo de sus bienes y la
destrucción y profanación de los lugares de culto. Se dio por terminada la
guerra en Irak, pero el terrorismo fundamentalista citado sigue actuando. Poco a
poco, los cristianos huidos van regresando e intentan rehacer sus viviendas,
negocios y vida normal, pero el peligro sigue acechándoles a causa de una
particular y errada interpretación del Corán.
La visita-peregrinación del Papa, que también
abarcará encuentros ecuménicos fraternales en búsqueda de la paz y el abrazo,
tendrá graves riesgos, pero la decisión de Francisco es firme y valiente.
Esperemos que los servicios de seguridad iraquíes prevengan y aborten cualquier
posible tentativa terrorista. Elevemos oraciones para que no actúen las manos
cainitas y se obtengan frutos por la bienintencionada decisión
papal.
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