se fue de vacaciones. A la “ Mareta “ en el 
Falcon,
 
al que le tomó el gusto cuando llegó al sillón 
presidencial.
 
Para eso están ese avión y el Super Puma 
 
a disposición del Gobierno;
 
el vuelo regular y comercial es para los de 
abajo,
 
no para los que mandan desde arriba. 
 
“ Falcon va y Falcon viene “ en sus continuados 
periplos por el extranjero,
 
para reunirse con otras personalidades. “ Tirarse 
el pisto “
 
y que le reconozcan la credibilidad que aquí no 
tiene. 
 
 Elude la 
presencia de la gente en su propio país;
 
cree que los abucheos y los improperios 
irreproducibles,
 
que le lanzan son injustificados, pues él, pagado 
de sí, 
 
no comete las arbitrariedades y 
tropelías
 
que el clamor popular le reprocha y achaca. 
Prefiere atribuirlos,
 
como dijo su ministra Isabel Rodríguez, 
 
a que “ Es guapo y habrá gente que 
hasta le moleste eso
 
y, además, que sea 
inteligente, trabajador 
incansable
 
y que tenga esa fortaleza y altura 
de miras ”.
 
El sabrá, y los demás también, si es verdad o 
mentira lo dicho por la ministra,
 
aunque cabe recordarle la máxima de Tomás de 
Kempis:
 
“ No eres más porque te alaben, ni menos 
porque te critiquen;
 
lo que eres delante de Dios, eso eres y nada más 
”.
 
Ahora bien, si cree ser un 
dios terrenal,¡ Apaga y vámonos !
 
De momento, dejémosle con sus gastos en 
carburantes,
 
su destino no es ser caballero 
andante.
 
Que goce en paz y tranquilidad su 
vacaciones
 
con agradable compañía y en familia.
 
Descansará él, y nosotros por no 
escucharle
 
ni aguantar sus marrullerías.
 
Pero volverá con las pilas cargadas.
 
¡ Madre mía la que nos espera !
 
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