La solución para acabar o reducir el número de
agresiones sexuales y maltratos a las mujeres, no reside solo en aumentar las
penas en aquellos casos en que la sanción punitiva no se considere proporcionada
a su gravedad. Lo mismo puede afirmarse sobre todo tipo de violencia, con fines
sexuales o de otra clase, con independencia del sexo del autor o autores que las
perpetran. Ante los mismos hechos deberían contemplarse iguales penas, en
función a las circunstancias concurrentes en cada delito concreto. El Código
Penal recoge las agravantes, atenuantes y eximentes, que el Juzgador debe
valorar en su conjunto, según su criterio, antes de dictar la pena. Lo propio
sucede con el Jurado cuando tiene que pronunciarse sobre la culpabilidad o
inocencia del enjuiciado.
Las penas tienen una doble finalidad: la
retributiva y la de reinserción social. Pero la casuística demuestra que, aun
siendo necesarias, fracasan en muchas ocasiones, no disuaden y se vuelve a
reincidir en el mismo u otros delitos. Por ello hay que, sin dejar de aplicarse
y cumplirse aquéllas, insistir en lo esencial de la prevención. Esta implica una
educación en valores humanos y ético-morales, que debe iniciarse en la infancia
continuando durante el desarrollo de la personalidad, y que compete a la
familia, centros educativos, poderes públicos y medios de comunicación,
inculcándose el respeto a los demás, evitar las malas compañías, no seguir los
ejemplos nocivos y aleccionar sobre las pautas de comportamiento, para no ser
objetivo apetitoso y fácil de los victimarios. El indebido y mal uso de las
redes, tan frecuente e iniciado muchas veces en la pubertad, es un peligro
añadido, sumado al riesgo que conllevan los malos tratos y las conductas
desordenadas e irascibles en el hogar y entorno familiar más
próximo.
Hay otros factores que influyen en la
delincuencia y la agresividad, pero su exposición requeriría un complejo y
amplio estudio sociológico-criminológico por parte de los expertos en esta
problemática. Así, pues , nos quedamos con lo escrito, que todos lo entendemos.
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