La anti España se esmera
para agrietar el Estado
constitucional.
Pero aunque la situación
pasa de preocupante a alarmante,
hay voces afirmando que no hay peligro,
que está cimentado y estamos boyantes.
Contradiciendo la realidad, que conocen,
se niegan a admitir los hechos,
actuando de altavoces botarates.
A la actual situación angustiante
hay que “ enmendarle la plana “,
“ echarle narices “ y no inhibirse .
España y sus hijos fieles se lo
merecen.
No les defraudemos, remediemos
los entuertos y traiciones, demos
un paso al frente, seamos
consecuentes
con lo que un día juramos o
prometimos
por conciencia y honor.
Defendamos la Nación, su unidad y
los enriquecedores valores, que la forjaron.
Si lloramos que sea por patriótica
emoción,
y no como las lágrimas de Boabdil.
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