sábado, 22 de marzo de 2025

REVOLTIJO DE IMPRESIONES

  

 
El común es mero observador
 
de la geoestrategia mundial.
 
Sólo la conocen quienes la diseñan,
 
llevando a cabo sus pretensiones
 
expansivas y egoístas, sin reparar
 
en los medios a emplear.
 
Los analistas de turno, que crecen
 
como las setas, opinan y especulan
 
cual ventrílocuos de oficio,
 
ampliando el desconcierto entre la gente,
 
que no sabe con qué carta quedarse.
 
En los casos de conflictos bélicos,
 
los primeros que “ pagan el pato “
 
son los combatientes, ya luchen
 
por patriotismo, defendiendo sus
 
ideales y tierra, o a regañadientes.
 
Para muchos el final es el mismo: la muerte.
 
Los dirigentes de tales cotarros se enfrentan
 
como enemigos o se conciertan como amigos,
 
pese a los mutuos recelos.
 
Es lo que pasa con Trump y Putin, para ver
 
quien se queda con la parte mayor y más
 
apetecible del “ Mapamundi “.
 
China, aparentemente, se muestra prudente,
 
y, a la chita callando, aumenta su comercial imperio.
 
La invadida Ucrania es moneda de cambio
 
entre Rusia y USA. El esforzado Zelenski
 
no cuenta, claramente y ahora, con su americano protector.
 
En la UE se debate sobre el rearme,
 
para defenderse por sí sola del peligro
 
ruso. Dormida en los laureles, está al albur
 
de los deseos de Trump, cansado de ser
 
el principal paganini de la OTAN. 
 
En aquélla, por su pasividad y ceguera,
 
ha cuajado el asentamiento apabullante
 
del Islam fundamentalista y radical que,
 
de no erradicarse, en unos años la denominará;
 
produciéndose, a la inversa, la integración
 
cívica y cultural. El saludo será “ Salam malecum “.

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